Solo quedan los últimos flecos para determinar la logística de las vacunas de la Covid-19. Diez días más y ya estará todo definido. Algo más retrasado va el grupo técnico que prepara el sistema informativo que permitirá definir el registro digital de los usuarios de la vacuna. Este es más complicado, aseguran miembros de este equipo (integrado, como el equipo logístico, por expertos de las comunidades autónomas) porque en un espacio temporal de un año coincidirán en el mercado entre cuatro y ocho vacunas de la Covid-19. El desafío, explican las citadas fuentes, es enorme.
Los dos grupos de trabajo (logístico e informático), integrados por expertos de múltiples disciplinas, trabajan desde septiembre para que cuando lleguen las primeras vacunas todo esté preparado. Insistimos en vacunas en plural, porque aunque parezca que la anunciada esta misma semana (a través de un comunicado de prensa, no hay que olvidarlo, de datos preliminares extraídos del ensayo clínico en fase III que todavía sigue su curso) de la norteamericana Pfizer y la alemana BioNTech será la primera, hay otras que también han anunciado que este mismo mes o principio del que viene terminarán la fase III. En esta carrera final, aun no hay un claro ganador.
El grupo que trabaja en la logística confía en que no haya excesivos problemas, ya que España cuenta con una importante red de distribución farmacéutica como quedó demostrado con la vacuna de la gripe A (2009). El ex secretario general de Sanidad José Martínez Olmos recuerda cómo se gestionó la distribución, entonces de 30 millones de dosis: “Llegamos a un acuerdo con la Federación de Distribuidores Farmacéuticos para que ellos recepcionaran las entregas y asegurasen la cadena de frio. Les decíamos cada día cuántas vacunas se necesitaban y dónde suministrarlas (ciudad y centro sanitario en cada caso) aprovechando la capilaridad de la red de distribución farmacéutica. Todo, además, gratuito”, señala este especialista en salud pública.
Todos los países de la UE están trabajando en la logística siguiendo directrices de Bruselas para cuando lleguen las vacunas. La mejor situada en ese momento es Pfizer/BioNTech que basan su suero en ARN mensajero sintético. En el protocolo del ensayo estaba predeterminado llevar a cabo un análisis intermedio al llegar a los 94 casos positivos de la Covid-19, ya que se consideraba que este número podría arrojar evidencia suficiente para valorar de forma inicial la eficacia de la vacuna. Es en ese momento cuando se identifica cuántas de esas personas que han desarrollado la enfermedad habían recibido el placebo y cuantas el candidato a vacuna. Del análisis de estos datos preliminares es de donde ahora ha extraído el laboratorio que la eficacia vacunal es del 90%, información que ha desatado el optimismo mundial, traducido en la subida de la bolsa y de las acciones de las farmacéuticas (su CEO ha incrementado considerablemente su patrimonio).