Sus últimos años -y en particular sus últimos días- estuvieron plagados de problemas de salud. Pero a pesar de ello, la noticia de la muerte de Diego Armando Maradona, a causa de una insuficiencia cardíaca aguda, causó un shock en Argentina.
Esa conmoción revela el estatus divino que tenía el astro futbolístico en su país de origen, donde sus simpatizantes lo apodaron «D10S», por el famoso número de su camiseta.
Atrás quedaron las muchas controversias que suscitó Maradona a lo largo de su vida, desde su amistad con líderes cuestionados como el venezolano Nicolás Maduro y el cubano Fidel Castro (quien casualmente falleció el mismo día, en 2016), hasta sus excesos con la comida, las drogas, el alcohol y las mujeres.
Este miércoles, la mayoría de los argentinos parece haber borrado, por lo menos momentáneamente, el recuerdo de ese Maradona polémico de los últimos años y, en lugar de eso, lo que se vive es una especie de catarsis nacional en torno a la figura del «Diez».
