Mascarilla: la nueva, costosa y contaminante basura que trajo el COVID-19

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La pandemia del COVID-19, que además de causar la muerte de 1,700,000 personas en todo el mundo y más de 81,000,000 de afectados, ha generado el surgimiento de una nueva basura: la mascarilla, que por ser un artículo de uso generalizado no solo tiene impacto positivo y negativo en la salud de la gente, sino también en el medio ambiente.

Este dispositivo, elaborado con materiales diversos, ha sido indispensable para evitar el contagio del virus, pero también es un factor de contaminación y transmisión de otras enfermedades de tipo infecciosa, bacteriana, de acuerdo con expertos en salud humana.

La mascarilla era casi de uso exclusivo en los centros de salud y su producción era limitada, pero con la llegada del coronavirus su consumo se generalizó, pues todo ciudadano del mundo debe usar por lo menos una al día.

Una persona que utilice una mascarilla diaria, al año estaría generando 365 y si se multiplica por 10 millones de dominicanos sumarían 3,650,000,000 de mascarillas que van a parar a los basureros. Esto sin contar los extranjeros y en algunos casos las reciclables.

Jorge Luis Bisonó (Yoryi), director ejecutivo de Dominicana Limpia, afirma que la mascarilla usada es una basura hospitalaria que se genera desde la casa, las oficinas o cualquier otro lugar donde cohabiten las personas. Esta nueva basura se suma a los preocupantes plásticos que desde hace años afectan al medio ambiente.

Debido a que, por su uso, se convierte en un elemento de contagio tanto para las personas como para el medio ambiente, el experto en manejo de residuos sólidos plantea que hay que prepararse para tratar el tema desde el hogar, los recolectores de basura y la disposición final.

“Hay que buscar una forma de reciclar las mascarillas, pero en verdad ha llegado esta problemática junto con el COVID, que es un mundial. Esperamos que llegue la vacuna, pero aún así, con la vacuna, la gente seguirá usando mascarilla después del COVID-19 y muchas están yendo a parar a las cañadas, a los ríos, arroyos y al mar”, sostuvo.

Entiende que debe haber un protocolo de educación y salud pública para que se clasifiquen los depósitos de las mascarillas usada, que las fundas plásticas sean diferentes a las demás para que en la cadena de disposición, recolección y la gente sepa que es un elemento contaminante.

Adelantó que a partir de enero Dominicana Limpia trabajará en un proceso de educación ciudadana y se incluiría el trabajo que se viene realizando del manejo de los vertederos que tome en cuenta la salud de todo el personal que tienen que ver con los residuos sólidos, incluidos los buzos y demás personal que deben ser vacunados y contar con las herramientas de seguridad que les garanticen la salud.

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