¿2020 es el año que nadie quiere recordar y pocos tienen que agradecer? ¿Un periodo en el tiempo que trajo grandes enseñanzas? ¿Un momento que permitió a muchos resignificar sus vidas, con el impulso que solo logra el sufrimiento?
En la ciudad de Nueva York con más de 25,000 muertos a causa del COVID-19, miles de sobrevivientes de la infección, una economía en picada y con la delincuencia mostrando una escalada peligrosa en los vecindarios más vulnerables, en cada esquina podrían registrarse muchas visiones distintas de cómo asumir y qué esperar de los doce próximos meses que están por venir.
“Nuestra ciudad y el mundo ha dado un giro de 360 grados. La pandemia ha sido una tragedia, pero a la vez un momento que ha obligado a muchas familias a compartir y conocer mejor a sus hijos. El 2021 será diferente si hay un cambio de conciencia colectiva, que nos permita aceptar que a pesar de la vacuna, tendremos muchos años viviendo con el COVID-19”, explicó la psicóloga clínica dominicana Julia Bello, de 58 años, residenciada en El Bronx.
En palabras de Bello, quien trabaja en la Línea de ayuda de Prevención de Suicidios de Nueva York existe una mezcla muy peligrosa en la Gran Manzana de pánico colectivo, delincuencia y cuadros depresivos que obviamente tienen su base en los terribles escollos económicos que deja la pandemia.
“Vivimos en una sociedad en donde todo el mundo está bajo sospecha de estar infectado. Hace algunos años era la misma sensación que generaba el HIV. Más allá de los grandes cambios económicos que se esperan, esta experiencia del coronavirus debe generar un proceso de reeducación. Yo deseo que la gente tome consciencia”, subrayó la profesional de salud mental.