Estados Unidos, el país más golpeado del mundo por la pandemia del coronavirus, registró 280,551 nuevos casos de COVID-19 en las últimas 24 horas y 3,676 fallecimientos, según el recuento independiente de la Universidad Johns Hopkins.
Esas cifras de las 20:00 hora local del viernes (01:00 hora GMT del viernes) se registraron un día después de que el país alcanzara un nuevo récord de muertes diarias por COVID-19, con 4,085 decesos.
El número de nuevos contagios de la enfermedad prácticamente se ha triplicado en los últimos dos meses, ya que a comienzos de noviembre los casos nuevos rondaban los 100,000 al día.
Estados Unidos llegó este viernes a un acumulado de 21,818,572 casos confirmados de COVID-19 y 368,367 fallecidos.
Otros estados con un gran número de decesos son Illinois (19,108), Pensilvania (17,376), Michigan (13,913), Massachusetts (12,985) y Georgia (11,314).
En cuanto a contagios, California suma 2,595,109, le sigue Texas con 1,922,320, tercero es Florida con 1,449,252, Nueva York es cuarto con 1,101,445 e Illinois quinto con 1,017,322.
El balance provisional de fallecidos -368.367- supera con creces la cota más baja de las estimaciones iniciales de la Casa Blanca, que proyectó en el mejor de los casos entre 100,000 y 240,000 muertes a causa de la pandemia.
El presidente saliente de EEE.UU., Donald Trump, rebajó esas estimaciones y se mostró confiado en que la cifra final estaría más bien entre los 50,000 y 60,000 fallecidos, aunque luego auguró hasta 110,000 muertos, un número que también se ha superado de lejos.
Por su parte, el Instituto de Métricas y Evaluaciones de Salud (IHME, en inglés) de la Universidad de Washington, en cuyos modelos de predicción de la evolución de la pandemia se fija a menudo la Casa Blanca, calcula que cuando Trump abandone el poder el próximo 20 de enero habrán muerto 420,000 personas y para el 1 de abril 560,000.