La provincia oriental siria de Deir al Zur fue escenario esta madrugada del ataque más mortífero atribuido a Israel hasta la fecha en territorio del país árabe, donde han muerto al menos 57 soldados gubernamentales y milicianos proiraníes aliados de Damasco.
El balance de muertos ha ido aumentando progresivamente a lo largo del miércoles y, de acuerdo con el último recuento del Observatorio Sirio de Derechos Humanos, se sitúa en 57, si bien una fuente militar siria que pidió el anonimato dijo a Efe que son 22 los fallecidos.
Ambas fuentes señalaron que se trata del ataque más ‘intenso’ y mortífero de los perpetrados hasta el momento en suelo sirio por Israel, que suele atacar con misiles a las fuerzas leales al presidente Bachar al Asad y sus milicias aliadas libanesas e iraníes.
Como suele ser habitual, Israel no se ha pronunciado públicamente sobre la acción.
Ataques contra tres puntos y varios objetivos
Menos de una semana después de su última acción, cazas israelíes perpetraron en plena noche 18 ataques con varios misiles contra un gran número de posiciones militares y almacenes de armas y munición en la ciudad de Deir al Zur, capital de la provincia homónima, y en Al Bukamal y Al Mayadín, en la misma región.
El Observatorio, una ONG con sede en el Reino Unido y una amplia red de colaboradores sobre el terreno, indicó que la capital de Deir al Zur registró el mayor número de impactos, 10, y de fallecidos, 26, en su mayoría soldados del Ejército sirio y combatientes proiraníes.
En la localidad de Al Bukamal perecieron por otro lado 16 milicianos iraquíes chiíes en seis bombardeos, mientras que en Al Mayadín perdieron la vida otros 15 a causa de dos ataques, casi todos ellos de nacionalidad afgana, de acuerdo con la organización.
Los proyectiles tuvieron como objetivo almacenes de armas del Ejército sirio, del grupo chií libanés Hizbulá y las fuerzas iraníes y sus milicias ‘en la zona que se extiende desde la ciudad de Deir al Zur hasta la frontera sirio-iraquí en el desierto de Al Bukamal’, precisó la ONG.
Sin embargo, la fuente militar siria consultada por Efe rebajó el número de muertos a 22 y aseguró que todos los fallecidos son combatientes iraníes.
La fuente, que pidió el anonimato, reconoció que entre los 16 heridos hay siete soldados del Ejército sirio y agregó que todas las víctimas, tanto mortales como supervivientes, fueron trasladadas al Hospital Militar de Deir al Zur.
La fuente enumeró más de una decena de puntos en los que impactaron los misiles, como la sede de la Seguridad Militar en Deir al Zur y las inmediaciones del aeropuerto de la ciudad, y precisó que estos son los lugares ‘más importantes’ en los que están desplegadas las fuerzas iraníes en Siria.
Acción de envergadura
Este es el cuarto ataque israelí en territorio sirio en apenas tres semanas y el segundo en lo que va de año.
La última acción por parte de Israel en territorio sirio tuvo lugar el pasado jueves, cuando tres personas murieron y otras once resultaron heridas en un ataque con misiles contra posiciones de las fuerzas sirias y sus milicias aliadas en el sur del país árabe.
La semana anterior, otro ataque causó la muerte de un soldado sirio a las afueras de Damasco y, días antes, la caída de misiles lanzados desde el espacio aéreo del Líbano dejó seis bajas mortales entre los milicianos proiraníes.
El de esta madrugada coincide con un fuerte incremento de los vuelos de aviones de guerra israelíes en el vecino Líbano, donde desde hace dos semanas se han estado escuchando cazas sobrevolando la capital casi a diario, lo que ya había llevado a algunos expertos a anticipar un ataque de envergadura en Siria.
El Observatorio aseguró que las defensas antiaéreas sirias no trataron de repeler los misiles, entre rumores de que éstas quedaron dañadas a causa de los últimos bombardeos.
Israel ataca a menudo objetivos de las fuerzas leales al presidente sirio y las milicias chiíes libanesas o iraníes aliadas a él, causando a veces bajas entre sus filas, aunque nunca se habían contado por decenas.
Las autoridades israelíes consideran que la presencia de fuerzas de Irán o afines a su archienemigo, así como milicianos de su rival libanés, Hizbulá, representa una amenaza para su seguridad. EFE/Noemí Jabois