pocos campeonatos en la historia del deporte dominicano serán recordado como el que finalizó el pasado lunes con el triunfo de las Águilas Cibaeñas. No solo porque ganaran el campeonato a los Gigantes del Cibao en un séptimo partido, sino por la sombra imborrable de la pandemia del coronavirus.
Un poco de historia marca los momentos más difíciles del béisbol dominicano.
Los accidentes más serios que ha tenido la pelota dominicana han sido por problemas políticos. Primero ocurrió para lo que debió ser la campaña 1961-62. En mayo del 1961, el dictador Rafael Leónidas Trujillo era asesinado y eso conllevó a cancelar la campaña. En la próxima continuaron los problemas. Y más adelante, en 1965-66, se canceló debido a la segunda intervención norteamericana al territorio dominicano.
De todas formas no hubo campeonatos en esa ocasión. Como sí ocurrió en la de 1998-99, que fue marcada por el huracán George y que dejó fuera a las Estrellas Orientales y a los Azucareros del Este, debido al daño que sufrieron los estadios Tetelo Vargas y Francisco Micheli, respectivamente. Se jugó con cuatro equipos.
Para recordar
El que finalizó será recordado como el título del año de la pandemia, además de que las Águilas estuvieron a dos partidos de ser eliminadas al caer 0-2 en la semifinal y en la final, pero sanaron sus alas para relanzar su vuelo.
“Todo el mundo sabe que es una temporada especial, pero vinimos a darlo todo y gracias a Dios el equipo completo se cuidó mucho el año entero y eso nos mantuvo en la pelea”, señaló el Jugador Más Valioso de la final, el jardinero aguilucho Juan Lagares.
El campeonato de béisbol pasó por momentos difíciles y vale decir que, junto a la Liga Dominicana de Fútbol (LDF), fueron los únicos dos campeonatos ligueros que tocaron fin. A grandes rasgos se plantea lo siguiente:
La primera crisis por el coronavirus se produjo cuando, en sentido general, 19 peloteros de los Gigantes del Cibao y 18 de los Tigres del Licey dieron positivo al COVID-19.
En consecuencia hubo que parar esos dos equipos, por lo que fue necesario reprogramar el calendario y luego al retornar ellos dos, una vez más rehacer el programa de juego.
A eso se agrega la temporada de lluvia que llevó a suspender varios encuentros y forzó a jugar doble carteleras y varios partidos corridos. Posterior a eso, las Estrellas Orientales también presentaron casos positivos con cinco jugadores. Afortunadamente, el brote del COVID-19 se detuvo ahí y el campeonato llegó a feliz término en lo organizativo para la Liga.
No tanto, ocurrió en lo competitivo, pues los Gigantes precisamente perdieron a su abridor Paolo Espino, entre otros peloteros, debido al COVID-19.
Aun así, las Águilas sacaron el séptimo partido en el Julián Javier, hogar de los Gigantes. Ganar en medio de la pandemia es especial para Jonathan Villar. “Es demasiado grande, porque aparte de todo es bien difícil cuando uno juega sin fanático”, dijo Villar.
En juegos decisivos
Las Águilas tienen un récord de seis ganados y seis perdidos en juegos decisivos en series finales.
Sus rivales, que han visitado la serie final cinco veces, tienen 0-2.
“Siempre hemos dicho que en juegos decisivos nosotros nunca perdemos”, dijo Villar, refiriéndose indudablemente a las últimas dos coronas que han ganado (2017-18/2020-21).