Concejo Municipal aprueba histórica legislación que permitirá otorgar 4,000 permisos a vendedores ambulantes en NYC

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El Concejo Municipal de la ciudad de Nueva York aprobó este jueves la legislación 1116 que abre una ventana para duplicar el número de nuevas licencias que se pueden otorgar a los vendedores ambulantes, las cuales estaban congeladas desde 1979, y enterrar la práctica del mercado negro de comercialización de estos permisos. Además, se despeja el camino para evitar las multas y la actuación de la Policía en contra de por lo menos 20,000 comerciantes informales, en su mayoría inmigrantes, que tratan de sobrevivir en medio de la pandemia.

Luego de siete años de ser peleada por más de 136 organizaciones y centenares de pequeños comerciantes que ofrecen en las calles platillos de toda gama y otros productos, esta nueva ley que ha sido la primera en ser votada por el Concejo en este 2021, creará 4,000 nuevos permisos de venta de alimentos en la próxima década, además de los 3,000 que actualmente otorga el Departamento de Salud de la Ciudad de Nueva York (DOHMH).

Una abrumadora mayoría de 34 concejales versus 13 que se opusieron, dieron luz verde a esta controversial legislación que ahora deberá ser firmada por el alcalde Bill de Blasio.

Pero este paso, no significa que de inmediato quienes trabajan en la economía informal, sin permisología, tienen la opción de legalizarse, pues la ley abre el compás para que a partir de julio de 2022 una junta asesora amplíe, analice y estudie criterios de elegibilidad de las 400 nuevas autorizaciones que se se permitirán aprobar cada año.

La ley que abre la ventana a nuevos permisos para vendedores ambulantes fue la primera ley aprobada en NYC en 2021. (Foto: F. Martínez) (Archivo)
Derribando el mercado negro
Mohamed Attia, presidente del Proyecto de Vendedores Ambulantes calificó esta aprobación como una medida para modernizar el actual sistema “roto y desactualizado”.

“Se está poniendo un límite al mercado clandestino de permisos. En unos años, esta práctica será solo parte de la historia. Es este sistema solo ganaba quienes tenían el privilegio de contar con estas autorizaciones. Se derriba una barrera costosa para miles de familias, que sin temores, pueden apostar a ser pequeños empresarios”, reaccionó Attia.

El otorgamiento de nuevas licencias para carritos de comida se congeló hace 42 años, y sólo se renuevan cada año unas 5,000 que ya fueron expedidas, y que suelen ser sub rentadas en un mercado especulativo: El costo bianual de estas licencias es de $200 dólares, pero los vendedores por décadas han denunciado que se alquilan entre $18,000 y $25,000 dólares.

Todos los permisos que se otorgarán en los venideros 10 años deben estar en poder de alguien presente o trabajando en el carro, camión o unidad de venta. Las autorizaciones actuales deberán pasar a ese nuevo sistema en este plazo de tiempo.

Miles de comerciantes bajo la sombra de la informalidad, han recibido citaciones de varias agencias de la Ciudad por no tener un permiso, y han recibido multas de hasta $1,000 dólares emitidas por el DOHMH y otras sanciones de hasta $500 del Departamento de Policía de la Ciudad de Nueva York (NYPD).

“Siete años esperando este día”
La tamalera mexicana Sonia Pérez tiene 20 años ofreciendo sus productos en las calles de Nueva York, y este jueves siguió con atención la primera votación virtual en la Cámara Municipal en este 2021, en donde los concejales de manera abrumadora aprobaron esta legislación, que en entre otros aspectos crea una oficina que coordinará los asuntos de los vendedores ambulantes, quitando poder a la Uniformada de actuar en desalojos, reubicaciones y multas.

“Yo he levantado a mis cuatro hijos vendiendo tamales en las calles y tenía siete años esperando este día. Esto cambiará muchas vidas de gente trabajadora que quiere una oportunidad para emprender, sin miedos, sin persecuciones”, dijo emocionada la inmigrante.

Inclusive en medio de lo peor de la pandemia, fue noticia como vendedores de flores, churros y tamaleras de las calles de Corona, en Queens, fueron multados y en algunos casos detenidos por no contar con identificación, causando el repudio de coaliciones de inmigrantes y funcionarios electos.

Una de las 30 principales patrocinantes de la Ley 1116 fue la concejal Margareth Chen quien reconoció que muchos empresarios trataron de bloquear esta iniciativa.

“También son empresarios”
“Dar oportunidad de sacar de la oscuridad a miles de nuestros inmigrantes y darle la opción ordenada de ser empresarios, me llena de mucha emoción. Es un hecho histórico para esta ciudad. Aunque no tengan grandes recursos, no quiere decir que no sean emprendedores comerciales que merecen todo nuestro soporte”, indicó Chen al momento de promover la votación.

Así mismo, la concejal Diana Ayala del Distrito 8 que representa a East Harlem – El Barrio y quien se convirtió en una de las defensoras de la normativa desde que sus primeras líneas empezaron a ser discutidas, lamentó que haya pasado tanto tiempo antes de que se pudiera “honrar este compromiso con miles de familias trabajadoras”.

También el alcalde De Blasio el pasado lunes apoyó este proyecto de ley calificándolo como “algo que ha querido ver durante mucho tiempo, por ser un plan equilibrado para estos emprendedores, pero con reglas claras y aplicación estricta”.

Pero algunos sectores de la ciudad no piensan lo mismo.

Andrew Rigie, el director del ‘NYC Hospitality Alliance’, una organización que representa a la industria de restaurantes y bares de la ciudad, expresó que le preocupaba esta ley porque no elimina del todo el mercado clandestino y no amplia los requisitos de distancia con los restaurantes tradicionales.

“En medio de este momento crítico nos parece muy mal tiempo para dar un paso adelante a esta legislación, esta regla debería extender a más de 25 pies la distancia entre los carritos de comida y los establecimientos”, aseveró Rigie.

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