El legendario estadio de béisbol de los Yankees abrió sus puertas este viernes para convertirse en un centro de vacunación contra la covid-19 en el barrio de El Bronx, en Nueva York, donde es mayoritaria la comunidad latina, la más afectada por la pandemia, luego de que fueran divulgados informes que revelan que los blancos han sido los más beneficiados con la inoculación en la Gran Manzana.
Las largas filas desde temprano en la mañana de este viernes en la Plaza Babe Ruth, llamada así en homenaje a uno de los inolvidables Yankees, no eran de fieles y apasionados fanáticos ansiosos por ver a los famosos «Bombarderos de El Bronx» en el terreno de juego, sino de centenares de residentes mayores de 65 años de este condado, uno de los más pobres de Estados Unidos.
Llegaron solos o acompañados de un familiar o cuidador, y algunos en sillas de ruedas, y eran ayudados por un contingente de miembros de la Guardia Nacional desplegados en esa moderna instalación.
El gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, y el alcalde de la ciudad homónima, Bill de Blasio, anunciaron esta semana la masiva vacunación, a cargo del grupo hispano de médicos Somos, luego de que estadísticas del Departamento de Salud de la ciudad arrojaran que 48 % de los vacunados son blancos, frente al 15 % de latinos y 11 % de negros, que sin embargo son los dos grupos que más muertos han registrado en esta pandemia.
Esos números no corresponden a los datos de población de la ciudad, donde 29 % son latinos y 24 % afroamericanos.
Tanto el alcalde como Cuomo reconocieron la disparidad, criticada por diversos sectores, y se comprometieron a trabajar para afrontarla.
«Claramente vemos una disparidad que necesita ser abordada de forma agresiva y creativa. Tenemos un problema profundo de desconfianza y vacilación», dijo De Blasio tras conocerse las cifras.
CAMPAÑA «HISTÓRICA»
Este viernes, el alcalde catalogó de «histórica» la campaña. «Día de apertura en el Yankee Stadium, pero un día de apertura diferente. Este sitio es para la gente de El Bronx y solo para la gente de El Bronx», el condado de mayoría latina de la ciudad, expuso.
«Se trata de equidad. Se trata de justicia. Se trata de proteger a las personas que más protección necesitan porque El Bronx es uno de los lugares que más sufrió esta crisis del coronavirus», abundó.
Un total de 15.000 citas estuvieron disponibles para ir el estadio, de las que en solo tres días se reservaron 13.000 a través de internet o una llamada a un número provisto para este propósito.
Andy Collado, de 68 años, estuvo este viernes en el grupo de quienes recibieron la vacuna de Pfizer, la primera farmacéutica que obtuvo permiso para su producto contra la pandemia en EE.UU.
«Soy diabético (un grupo de alto riesgo) y además para no infectar a otros me vacuné y soy encargado de un edificio y brego con personas», dijo a Efe este residente de El Bronx, y aseguró que no teme a la vacuna. Encuestas han mostrado que existe temor o desconfianza entre algunos hispanos a vacunarse.
«Esto es un cincuenta a cincuenta. Si me voy a morir con la vacuna, me puedo morir con el virus. Mucha gente le tiene miedo a la vacuna. Además, hay que creer en algo y tengo a Dios que me cuida», comentó.
Destacó que antes tuvo problemas para obtener una cita para otros centros de inoculación. «Nunca me contestaron», dijo, y añadió que tan pronto anunciaron la masiva vacunación en el estadio «la obtuve de una vez».
Liseth Caraballo, que dijo estar complacida de tener la vacuna accesible en El Bronx, acudió también hoy al llamado para llevar a su madre, Carmen Martínez, de 75 años. Aseguró confiar «en un 100 %» en la vacuna. «Tenemos que comenzar a hacerlo. Creo que ha sido lo mejor y hacerla accesible para las personas mayores en El Bronx», declaró.
Martínez aseguró por su parte que aunque no confiaba en la vacuna, acudió porque su hija la convenció.