Stan Williams, el temible lanzador All-Star que ayudó a los Dodgers de Los Ángeles a ganar la Serie Mundial de 1959, murió. Tenía 84 años.
Williams falleció el sábado en su hogar en Laughlin, Nevada. Había sido hospitalizado el 11 de febrero y posteriormente puesto bajo cuidados paliativos por los efectos de una enfermedad cardiopulmonar, informaron los Dodgers el domingo, lo que luego fue confirmado por su hijo, Stan Jr.
Williams también alzó un título de Serie Mundial en 1990 como entrenador de lanzadores con los Rojos de Cincinnati.
El derecho, dos veces All-Star, formó parte de una poderosa rotación de los Dodgers que incluía a Sandy Koufax, Don Drysdale y Johnny Podres de 1960 a 1962.
Williams, conocido como “Big Hurt” debido a su afición por realizar lanzamientos muy cerrados, tuvo una foja de 109-94 y una efectividad de 3.48 durante una carrera de 14 años en Grandes Ligas.
“Siempre hablaron sobre mi papá como un malvado cazador de cabezas. Se ponía el uniforme y cambiaba de inmediato”, comentó Stan Jr. vía telefónica. “Henry Aaron siempre dijo que mi papá era el tipo más rudo que enfrentó”.
Williams fue firmado como agente libre por los Dodgers y fue incorporado al equipo de ligas mayores cuando el equipo se mudó de Brooklyn a Los Ángeles en 1958. Permaneció con el equipo hasta 1962.
Fue canjeado a los Yanquis de Nueva York por Bill Skowron el 26 de noviembre de 1962. Formó parte de los Yanquis hasta 1964 y posteriormente se mudó a Cleveland (1965-69), Minnesota (1970-71), San Luis (1971) y Boston (1972).
Tras retirarse como jugador, Williams continuó en el béisbol como entrenador de lanzadores, reclutador de talentos y asesor de varios equipos. Como entrenador de pitcheo, ayudó a los Medias Rojas, Yanquis y Rojos a ganar títulos divisionales, de Liga y de Serie Mundial.
Además de su hijo, a Williams le sobreviven su hija Shawn, su hermano Jim Williams y tres nietos. Su esposa Elaine ya falleció.