Las Yayas, un pueblo saqueado: y el gobierno lo festeja

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El presidente Luis Abinader sabe que el Municipio de Las Yayas, en la provincia de Azua, es uno de los pueblos más golpeados por la corrupción. Allí hasta la piedras lloran la ausencia del gobierno. Las promesas constituyen el más perverso hábito de la política nacional.

El gobierno del presidente Abinader ya forma parte de este engaño endémico. El gobierno va a Las Yayas a repetir lo mismo que hacía el presidente Danilo Medina. Envía una comisión y luego otra. Como para decirle vuelvo y vuelvo.

No sé hasta que punto se podría ser cínico. Lo cierto es que con los pobres se puede hacer la harina mejor lograda. El PLD y el PRM moderno saben cómo se fermenta esa harina.

La Asociación de Ganaderos dirigida por Eusebio Osiris Montolío Rodríguez (Melanio) le dio un golpe brutal a los fondos del gobierno. Nadie sabe qué pasó con los 25 millones de pesos que el gobierno del PLD aportó para un proyecto ganadero. Y como siempre no hay consecuencias. Se repartieron el dinero como piñatas.

El ganadero Montolío Rodríguez lo único que dejó a la vista fue la construcción de un abandonado centro de acopio. Y por suerte que dejó algo que a lo mejor serviría para uno de los tantos museos del presente gobierno. A las vacas les nacieron alas. Pero, los técnicos del presidente Abinader viajan a Las Yayas a repetir las mismas burlas del presidente Medina. Se repite el mismo ritual de impunidad.

NECESIDADES

Las Yayas está incomunicada por el río Viajama. Pero, el presidente Abinader y sus técnicos no tienen que cruzar ese río. Dicho río está a punto de llevarse las bombas del agua potable. Los llamados políticos de Las Yayas están en búsqueda. Eso es lo correcto. La gobernadora Pérez hace lo mismo que su antecesora: envía una comisión tras otra. Toda una burla.

En cualquier momento la primera escuela primera de Las Yayas se cae en pedazos. Al liceo le pasa lo mismo que al centro de acopio de los ganaderos: ambos son dos ruinas de cemento como testimonios de la corrupción y la impunidad.

El presidente Luis Abinader piensa que Las Yayas se alimenta de promesas y se hace de la vista gorda. La Fiscalía General de la Nación solo actúa en asuntos políticos y eso lo sabe el ganadero Melanio y sus compinches.

La Asociación de Ganaderos dirigida por Montolio Rodríguez es una burla perversa a un municipio empobrecido. Todo parece indicar que estamos ante un gobierno en que la corrupción es un canto repetido.

Lo cierto es que yo nací en un municipio condenado. Una nación en la que un alcalde sale a pescar camarones y termina con una ambulancia llena de haitianos para que estos extranjeros trabajen en su finca.

A las gobernadores, este caso las gobernadoras, le encanta enviar comisiones del gobierno para festejar las vicisitudes de un pueblo secuestrado. Los funcionarios electos saben que eso es parte del juego. Y el presidente lo sabe.

Yo nací en un pueblo saqueado. Un pueblo en que sus dirigentes políticos tienen apetito de víboras. Todo se lo llevan y el gobierno lo festeja. Nadie sabe desde donde apareció el “ganadero” Montolío Rodríguez, pero, el pueblo sí sabe que Melanio y su grupo le dieron un hachazo a los fondos públicos.

Melanio es un héroe en Las Yayas de Viajama. A lo mejor se convierta en otro rey Midas del gobierno del PRM. Amen, que así sea.

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