Casi tres años después de que tres recién nacidos fuesen apuñalados en un “centro de maternidad” en Queens (NYC), la joven niñera agresora no enfrentará juicio, y las salas de maternidad improvisadas y no reguladas como esa para mujeres extranjeras se han multiplicado en la ciudad de Nueva York, y quizá también en el resto del país.
Algunos expertos en inmigración llaman a la industria del “turismo de nacimiento” que apoya a estos negocios de bebés como una amenaza a la seguridad nacional, ya que se promocionan agresivamente en el extranjero como lugares para que las madres vengan a dar a luz a ciudadanos automáticamente estadounidenses, a costa de los impuestos nacionales.
Yu Fen Wang estaba trabajando como niñera en “Meibao Birthing Care Center” en Flushing el 21 de septiembre de 2018 cuando atacó a tres recién nacidos, junto con dos adultos, mientras gritaba que estaba tratando de matar lobos.
Wang “resultó no ser responsable debido a una enfermedad o defecto mental y fue internada en un centro de salud mental” dos meses después, dijo al New York Post una portavoz del fiscal de Queens.
El ataque abrió una mirada a la próspera industria del turismo clandestino para bebés en NYC, donde las futuras mamás que visitan Estados Unidos, a menudo con ayuda de inmigración y trámites de uno de estos centros, dan a luz en un hospital local a menudo pagado con el dinero de los contribuyentes y luego pasan semanas en recuperación en esos albergues improvisados. A menudo, la instalación no es más que un dormitorio o un espacio dividido dentro de una casa privada. Las mamás luego regresan a su país con su bebé, un ciudadano estadounidense legítimo.
Sorprendentemente, el crimen de 2018 en Queens aparentemente hizo poco para disuadir a los ciudadanos extranjeros de continuar inundando estos centros de Nueva York, o para incitar a las autoridades y agencias locales a comenzar a tomar medidas enérgicas para cerrarlos o regularlos.
New York Post encontró recientemente anuncios en idioma chino promocionando más de 80 centros locales, la mayoría en Flushing. Una visita a varias de las direcciones anunciadas reveló que eran casas privadas. Y la frase “ir a los Estados Unidos para dar a luz a un bebé” arrojó 6.3 millones de resultados la semana pasada en el motor de búsqueda chino Baidu.
Estos negocios de maternidad parecen no tener licencia ni regulación, y se anuncian en el extranjero y en portales al pregonar tradiciones profundamente arraigadas de atención postnatal. En China y otras culturas, los familiares, amigos o mujeres contratadas a menudo cuidan a un bebé en su primer mes de vida mientras la madre se recupera.
“The New York Angel Baby Birthing Center… ha sido oficialmente registrado y certificado por el gobierno de Estados Unidos y operado de manera personalizada, científica y profesional”, dice un anuncio en un portal en idioma chino. “En tanto que ya posea una visa de EE.UU., permítanos hacer el resto para convertir sus sueños en realidad”.
Otro dice: “Cross East U.S. Maternity Service Center ofrece una gama completa de servicios de parto en EE.UU., lo que le permite tener fácilmente un bebé estadounidense con un punto de partida más alto en la vida y más opciones en el futuro… todo se rige por las leyes estadounidenses pertinentes. Siempre que tenga una visa estadounidense, puede dejarnos todo lo demás a nosotros”.
A las familias, según algunos anuncios en línea, se les promete ayuda con todo, desde el procesamiento de inmigración hasta la atención médica de su bebé en un centro médico regulado por el gobierno local. “Nuestro equipo le brindará un servicio completo, desde la preparación de la visa hasta el regreso seguro a China, cubriendo aspectos de vida, tratamiento médico y legales”, se lee en un anuncio de la instalación que se encuentra en 48-33 192nd St. en Queens.
El turismo de nacimiento es “un fraude de inmigración, una carga para el contribuyente estadounidense y un riesgo para la seguridad nacional”, criticó Marguerite Telford, directora de comunicaciones del Centro de Estudios de Inmigración (CIS) en Washington D.C.
“Veo esto como una grave preocupación y vulnerabilidad de seguridad nacional”, comentó a los reporteros el agente del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), Mark Zito, luego de la acusación en 2019 de una red de turismo de nacimiento al sur de California, diciendo que temía que los gobiernos hostiles usen el acceso de los ciudadanos estadounidenses dentro de ellos para “aprovecharse” de EE.UU.
“El turismo de nacimiento puede crear ciudadanos estadounidenses que… no necesariamente comparten nuestros valores y pueden tener lealtades a países de interés, [quienes] no obstante, pueden regresar a Estados Unidos como adultos con sus pasaportes estadounidenses en la mano”, destacó Jon Feere, ex jefe de personal de ICE.
Ninguna agencia estatal o local contactada por New York Post aceptó la responsabilidad por el negocio del cuidado de bebés. La Administración de Servicios para Niños (ACS) de la ciudad dijo que no autoriza ni regula esas instalaciones de cuidado y remitió al Departamento de Policía de Nueva York.
NYPD a su vez dijo que los problemas de inmigración los maneja la “agencia apropiada”. El Departamento de Protección al Consumidor y al Trabajador (DCWP) dijo que no tenía jurisdicción. Y el Departamento de Salud de la ciudad indicó a la gobernación, en Albany. Y el Departamento de Salud del estado dijo que “tiene supervisión regulatoria de las instalaciones de atención médica autorizadas, como hospitales… no lugares involucrados en ‘turismo de nacimiento’”.
Funcionarios locales electos que exigieron públicamente una investigación y reformas inmediatamente tampoco han actuado después del ataque de 2018. “Una vez que tengamos los hechos, mis colegas y yo trabajaremos muy de cerca para cerrar cualquier laguna en el sistema y asegurarnos de que nunca volvamos a ver este tipo de horror en nuestra comunidad”, dijo entonces Ron Kim, asambleísta estatal de Queens.
Ahora Kim, nacido en Corea, no atendió a más de media docena de mensajes en busca de comentarios. El concejal de la ciudad Peter Koo (D), nacido en China, tampoco respondió a los mensajes.
Kim le dijo a un medio local en 2018 que una ofensiva contra instalaciones “inseguras” similares en Los Ángeles “estimuló un nuevo mercado en lugares como Queens y Long Island”, en Nueva York.
Previamente, en 2015, los federales desmantelaron un grupo de centros de maternidad en California y luego, en 2019, acusaron a 19 personas de administrar una red de turismo de parto que atendía a extranjeras ricas que buscaban la ciudadanía estadounidense para sus bebés.
Uno de los acusados en ese caso, Dongyuan Li, pagó en efectivo una casa de $2,1 millones de dólares en Irvine (California) y un auto Mercedes de $118,000 dólares, según la acusación. Desde entonces, se declaró culpable de conspiración para cometer fraude de inmigración y visas, según la Oficina del Fiscal de Estados Unidos en el Distrito Central de California.
Los bebés nacidos en los Estados Unidos son ciudadanos estadounidenses de acuerdo con la 14ta Enmienda, un estado codiciado por muchos extranjeros por el acceso automático que brinda a educación, atención médica, empleo y otras oportunidades, a veces financiadas por los contribuyentes.
Los niños disfrutan de la ciudadanía estadounidense incluso si regresan rápidamente a la tierra natal de su madre y crecen en el extranjero. Estos niños nacidos en EE.UU. pueden luego acelerar que los miembros de su familia se conviertan en residentes y luego ciudadanos estadounidenses una vez que alcancen la edad adulta, recordó Telford, del Centro de Estudios de Inmigración.
“La ciudadanía estadounidense sigue siendo lo más deseable del mundo”, dijo Kenny Jiang, el abogado que representa a Chloe –una de las bebés que sobrevivió muy lesionada al ataque de 2018 en Queens- y su familia. “La escala del problema es simplemente asombrosa”.
El CIS estima que 33,000 bebés nacen de mujeres con visas de turista cada año en EE.UU., mientras que cientos de miles de bebés más nacen de extranjeros indocumentados o madres con visas temporales.
A principios de 2020, a raíz de la represión de estas instalaciones en California, el gobierno de Donald Trump ordenó a los funcionarios de inmigración que negaran visas a las mujeres si determinaban que vendrían a Estados Unidos únicamente para dar a luz.
Y la senadora Marsha Blackburn (R) presentó en enero un proyecto de ley que haría ilegal para una extranjera viajar a EE.UU. con el propósito planificado de tener un bebé. “La ciudadanía estadounidense no debería estar a la venta”, afirmó.
Un mes antes, en diciembre pasado, seis personas fueron acusadas ayer de operar desde Long Island (NY) una red que traía a embarazadas extranjeras a dar a luz en EE.UU., de manera que sus bebés obtuvieran automáticamente la ciudadanía, y las ayudaba a mentir para obtener beneficios médicos gratuitos.
EE.UU. otorga ciudadanía automáticamente a todos los nacidos en su territorio, algo que no sucede en muchos países desarrollados alrededor del mundo. El gobierno de Trump intentó modificar esa ley, alegando que se presta “al fraude y el abuso”, pero no hubo avances al respecto.