Siempre polémico, el presidente salvadoreño, Nayib Bukele, ha rechazado de un revés las críticas dentro y fuera de El Salvador a su decisión de no conmemorar el 30 aniversario de los Acuerdos de Paz de 1992, que pusieron fin a doce años de guerra fratricida, con 75.000 muertos y unos 15.000 desaparecidos.
Mientras miles de personas se manfestaban en San Salvador, el mandatario publicaba este tuit. «Los que quieran celebrar ese acuerdo espurio, háganlo, este es un país libre; pero ya no será una fiesta nacional. Y a los de la Comunidad Internacional, que casi demandan su celebración, no se metan», les espetó.
Bukele ha calificado los acuerdos de paz de «farsa» y de «pacto de corruptos». El Congreso, en el que es mayoritario su partido, Nuevas Ideas, refrendó la anulación de la conmemoración, que ha sustituido por un día dedicado a las víctimas de la guerra civil.
Los manifestantes dicen que Bukele trata de «borrar la historia»
Para los manifestantes que este domingo salieron a la calle, el presidente salvadoreño está tratando de borrar la historia.
«La historia no se puede borrar con un decreto -dijo el juez Juan Antonio Durán-. _Es por eso es que vemos esta plaza nutrida, porque la gente no quiere olvidar su historia, un pueblo que olvida su historia se ve obligado a repetirla y eso es lo que no queremos, no queremos que se manipule la policía el ejército y otras instituciones para perseguir a los adversarios del régimen». _
«Nosotros sabemos que los acuerdos de paz trajeron un gran avance a la democracia en nuestro país y él la está desmantelando, por eso quiere desacreditar los acuerdos de paz», afirma otro manifestante.
La ONU, Estados Unidos y España subrayan la importancia de los Acuerdos de 1992
La comunidad internacional ha subrayado la importancia histórica de los Acuerdos. «Hace 30 años, El Salvador dio un importante paso. La ONU se enorgullece de haber ayudado a los salvadoreños a allanar el camino hacia la paz», señaló en un tuit el secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres.
Para Estados Unidos, los acuerdos «sentaron las bases de una sociedad más abierta y justa». En cuanto a España, su embajada en El Salvador recordó que hace treinta años apoyaron los esfuerzos de paz, subrayando que con ellos se cerró «una etapa enormemente dolorosa».
Analistas, citados por la agencia EFE, opinan que la anulación de la conmemoración es un intento de Bukele de «imponer su propia narrativa» y borrar los «hitos» de sus opositores, en referencia a los firmantes, la exguerilla FMLN y el Gobierno de la época, en manos de Arena, que actualmente son partidos de la oposición.
